Víctor Hugo Diogo nació en el Departamento de Treinta y Tres, el 9 de Abril de 1958. Fue un brillante lateral derecho, que vistió durante su carrera profesional las camisetas de Peñarol, el Palmeiras de Brasil y de la Selección Uruguaya. 

Con la casaca aurinegra, Diogo fue Campeón Uruguayo en los años 1979, 1981 y 1982. También conquistó la Copa Libertadores de América en 1982 y ese mismo año, la Copa Intercontinental.

A continuación citamos un fragmento de la entrevista que le realizó César Groba a Víctor Hugo Diogo para el Libro "Pionero de América-Peñarol en la Libertadores" (2013)

Victor Hugo Diogo

Aquel Peñarol del 82 no daba una por perdida

Victor Hugo Diogo nació el 9 de abril de 1958, en el departamento de Treinta y Tres. Fue el lateral derecho de aquel Peñarol que conquistó luego de 16 años la Copa Libertadores de América. Fue catalogado en su momento como uno de los mejores jugadores de ese Peñarol que orientaba Hugo Bagnulo. Lateral derecho fuerte en la marca, de buen fútbol, salida rápida, con una subida que en varias ocasiones significaba un pase de gol o también el gol.

Campeón Uruguayo con Peñarol en 1979, 81 y 82. Campeón Juvenil con Uruguay en el juvenil de 1977 y Campeón Sudamericano en 1983. Fue mundialista en 1986 y culminó su carrera en Palmeiras en 1989. Tras la consagración en Santiago 1982, Diogo decía al vespertino Ultimas Noticias el 2 de diciembre aquel año.

"Esto es algo muy grande, ser los mejores de América es un título que si bien lo tomamos con la tranquilidad de saber que hicimos todo lo posible para lograrlo, nos llena de satisfacción. Nosotros sabíamos que el partido iba a ser difícil. Cobreloa por algo llegó a esta instancia final y además corría con la ventaja de ser locatarios. Pero Peñarol confiaba en sus fuerzas, sabíamos que podíamos conseguir un resultado positivo e incluso la victoria, como al final se nos dio con ese golazo de Fernando".

¿Alguna vez durante el encuentro vio comprometida la chance?

"Nunca pensé que podíamos perder ese partido. En la primera parte, cuando Cobreloa se lanzó a liquidar el partido nos paramos muy bien atrás y todos mantuvimos la tranquilidad que al final terminó poniéndolos nerviosos a ellos. Peñarol explotó el clima creado por la hinchada de Cobreloa que presionó a sus jugadores y exigía el gol. Se desordenaron y nosotros comenzamos a llegar cada vez de manera más clara al arco de Wirth".

Hoy, Diogo no cambia su pensamiento sobre la final y sobre el plantel que comandaba Hugo Bagnulo. Pasó el tiempo y ese recuerdo no se borra jamás

"Aquel fue equipo muy bien conformado por don Hugo Bagnulo y el profesor Jorge Kistenmacher. También estaban Manolo Facal y Jorge Delgado, era un grupo muy humano y muy fuerte", aegura Diogo.

Agrega que "ese plantel soportó jugar de buena manera tanto la Libertadores como el Campeonato Uruguayo".

"Nos tocaron todos rivales importantes, Gremio, San Pablo, River Plate, Flamengo. Ese Peñarol 82 no consiguió las cosas por casualidad, éramos un equipo que nos conocíamos de años anteriores", precisa el ex lateral aurinegro.

"Mario Saralegui, Fernando Morena, el "Indio" Olivera, el "Lagarto" Juan Vicente Morales. Teníamos esa afinidad especial; cuando yo me iba arriba Mario me cubría, el Indio ordenaba atrás e incluso con el "Tano" Gutierrez que era de los más jóvenes del grupo había un gran entendimiento y fue también un jugador muy importante".

"Pero más allá de los titulares era un plantel con jugadores de grandes condiciones que cuando les tocaba actuar lo hacían de muy buena forma; "Coquito" Rodríguez, Carlos Reyes, Walkir Silva, etc".

Diogo sostiene que "hubo partidos complicados, pero nosotros teníamos claro que había que ganar en el Centenario y con el arco en cero. Afuera siempre íbamos a pelear, pero con otro respaldo en base al resultado de Montevideo".

"Si los partidos se hacían cerrados y no podíamos convertir, no nos desesperábamos porque sabíamos que tarde o temprano hacíamos el gol", asegura. Diogo es preciso al asegurar que "el partido más difícil de esa Copa me animo a decir que fue en Maracaná con Flamengo, ganamos 1 a 0 con aquel golazo de tiro libre de Jair. Gustavo Fernández se atajó hasta el viento esa noche".

"Recuerdo una jugada a menos de dos metros del área chica, un taco de Nunes y Gustavo se dejó caer y con el codo aguantó la pelota y la apretó contra el cuerpo; tremendo aquello, era gol".

"Otra jugada que recuerdo, en el área nuestra, estábamos con todos los brasileños arriba que nos atacaban, quedaba uno solo en la media cancha que era Marinho y el resto atacaba todo. Tremendo aquello".

Los endiablados punteros

"El puntero que me dio más trabajo fue Zé Sérgio de San Pablo y otro bravo fue Antonio Alzamendi en Buenos Aires, que jugó sobre la punta izquierda", cuenta Diogo.

"Tenías que esperarlos y correrlos, eran tipos muy rápidos y no los podías dejar que maniobraran porque eras hombre muerto. Pero Zé Sérgio era bravísimo, muy rápido con potencia, habilidoso y uno no podía quedar mal parado...".