El Sorteo de la Copa Libertadores 2017 determinó que Peñarol, cabeza de serie del grupo 5, se enfrente al poderoso Palmeiras de Brasil, uno de los equipos de mayor prestigio del país norteño. 

El Carbonero y el Verdão son dos viejos conocidos que volverán a verse las caras. Estos dos equipos fueron los protagonistas de la Final de la 2ª edición de la Libertadores en el año 1961, que quedó en manos del glorioso Peñarol. 

LA DEFINICIÓN DE LA COPA EN 1961 
Aquel año, Peñarol conquistó su segunda Copa Libertadores de América. Los carboneros dirimieron el torneo con el Palmeiras de Brasil, y se quedarían con el trofeo el 11 de junio de aquel año, tras la disputa de dos finales, que quedarán guardadas en el mejor recuerdo de la historia copera.

La primera final en Montevideo había marcado el nivel de los dos finalistas de esa Copa. El sutil toque de pelota de los brasileños tuvo a mal traer a los aurinegros en el Centenario, que abarrotado de público veía como se esfumaban los minutos y el partido se iba sin goles. Un notable resultado para Palmeiras que con el 0 a 0 definía en San Pablo más tranquilo. Faltaba un minuto cuando el conocido Djalma Santos, de Palmeiras, recibió una pelota y convencido de su dominio del balón, sabiendo que el partido estaba casi cerrado, entretuvo la pelota, pero no tuvo en cuenta que Luis Cubilla lo iba a presionar. Djalma quiso sacar lejos la pelota y su remate rebotó en Cubilla, que giró para cubrirse y el balón derivó para Alberto Spencer como un pase magistral, que el gran goleador aprovechó y su remate vención a Waldir haciendo explotar a los hinchas aurinegros en la tarde del Centenario.

Peñarol llegó a San Pablo en un vuelo de la compañía Real Aerovías. Entradas agotadas en el Pacaembú... "Pacaembú lotado" anunciaban los diarios paulistas. Clima de fiesta desde tempranas horas aquel domingo 11 de junio del 61, aunque durante el partido llegaron proyectiles a la cancha constantemente sobre los jugadores de Peñarol. A los 5 minutos, José "Pepe" Sasía recibió una pared con Spencer y tiró violentamente, la pelota entró junto al travesaño y la fuerza del remate rompió la red y siguió su trayectoria. El arbitro argentino José Luis Praddaude estaba en área y advirtió perfectamente lo sucedido y marcó el gol de Peñarol. En el resto del partido dominó el local y Julinho igualó el marcador, pero aquel gol marcado en el Centenario por Spencer en el último minuto posibilitó la obtención de la segunda Libertadores para Peñarol.