El Club Atlético Peñarol saluda conmovido a su viejo amigo y rival, el Real Madrid Club de Fútbol, ante en fallecimiento de Alfredo Di Stéfano, el formidable deportista que supo unir como nadie la belleza y la eficacia y sintetizar en un solo jugador las virtudes del fútbol de ambos lados del Atlántico.

Los viejos aficionados uruguayos difícilmente olviden su presentación en Montevideo, aquel 3 de julio de 1960, cuando nuestras instituciones se midieron por la primera copa Intercontinental. Aquella tarde se vendieron 78.872 entradas, la mayor recaudación conocida hasta entonces en el Estadio Centenario.

Fue un día inhóspito pero aun así los aficionados llegaron muy temprano al estadio y un periodista comentó que "protegidos con paraguas, trozos de lona impermeable, sombrillas de playa y todo cuanto era útil para atajar el agua, esperaron calados hasta los huesos y con indeclinable pasión, el ingreso de los campeones al escenario." El gran Alfredo Di Stéfano paseó aquella tarde su señorío de gran jugador por el césped que desde 1930 habían pisado los más grandes jugadores de todos los tiempos.