¡Feliz Cumple Tony!
El 11 de Abril de 1976 nacía en Montevideo Antonio Pacheco, un verdadero símbolo de Peñarol. Surgido en la cantera aurinegra, desde su llegada a Primera “El Tony” fue 8 veces Campeón Uruguayo, 2 veces máximo goleador y es actualmente el tercer jugador con más clásicos jugados en la historia del Club.
Capitán, referente, ganador, ídolo. ¡Feliz Cumple Tony!
el 11 de Abril de 1976 nacía en Montevideo Antonio Pacheco, un verdadero símbolo de Peñarol. Surgido en la cantera aurinegra, desde su llegada a Primera "El Tony" fue 8 veces Campeón Uruguayo, 2 veces máximo goleador y es actualmente el tercer jugador con más clásicos jugados en la historia del Club.
Capitán, referente, ganador, ídolo.
A continuación citamos la nota central del Libro "500 partidos con la misma pasión"; entrevista de César Groba al gran Antonio Pacheco:
Peñarol es el equipo de mi vida...
El mimado del pueblo aurinegro, un producto genuino de la casa, marca registrada. Antonio Pacheco sabe perfectamente lo que él es para el club y su gente, pero conoce también lo que es Peñarol en su vida. Lo soñó de niño, lo construyó de jovencito y lo atesora en la madurez plena de su carrera. 500 partidos vistiendo la casaca mirasol, 54 clásicos jugados, 161 goles con Peñarol y cerca de 200 en su carrera; ocho veces Campeón Uruguayo, Vice campeón de América, Campeón de un Quinquenio; además está a dos partidos de alcanzar el récord de clásicos jugados por la Copa Uruguaya. "Tony", el dueño de la camiseta número 8, el capitán. -Cuando me detengo a pensar sobre todo este tiempo transcurrido en Peñarol, en todos estos años que han pasado; 20 de carrera deportiva, siento una gran emoción.
Las cosas que soñé desde la niñez se me fueron haciendo realidad con el paso de los años. Yo siempre soñé con jugar en el Centenario, vestir la camiseta de Peñarol que es la que más quiero y realmente hoy dando ese vistazo para atrás me doy cuenta que todo eso que siempre quise, que siempre añoré, se me dio. Sin duda me hace sentir muy feliz.
- Llegar a 500 partidos con esta gloriosa camiseta es algo inmenso para mí y quizás no he tomado la real dimensión de lo que significa. Cuando me entero de los nombres de futbolistas que tienen 500 o más partidos jugando con la camiseta aurinegra se me eriza la piel, porque realmente son glorias de la historia de Peñarol y que mi nombre se ubique entre ellos, me deja sin palabras. Es impresionante para mí. Al Tito Goncalves lo conocí cuando siendo muy jovencito yo iba a Las
Acacias y el era el responsable de ese lugar tan especial de Peñarol; al querido "Cacho" Caetano
también, él tiene muchísimo que ver en esto porque fue quién me fue a buscar a mi casa con mi
papá para llevarme a Peñarol y así se empezó a gestar mi carrera. A Alberto Spencer no tuve la
suerte de conocerlo personalmente pero quién puede desconocer lo que fue Spencer en la historia de Peñarol y su enorme capacidad goleadora, un gigante de América; después tuve la suerte de jugar con Pablo Bengoechea y hasta hoy tenemos una relación notable pese a la diferencia de edad, lo aprecio mucho y fue otro gigante del club. Entonces, que mi nombre hoy este entre el de ellos por la cantidad de partidos que llevo vistiendo la camiseta de Peñarol es algo sumamente importante para mi.
- Yo siento que la gente me tiene un respeto y un aprecio muy grande e intento devolverles siempre que puedo, en cada oportunidad, mi agradecimiento por ello. Lo que me ha sucedido con la gente de Peñarol principalmente y también del fútbol en sí, es muy lindo. La hinchada de Peñarol en cada partido es maravillosa y también fuera de la cancha, por distintas cosas que me sucedieron tuve demostraciones de mucho cariño que son difíciles muchas veces de explicar.
- Siempre me acuerdo de mi debut. Es de esas cosas que se te graban a fuego y son difíciles
de olvidar. Fue muy particular porque el primer equipo se fue de gira a Europa y se armó una
selección de juveniles del club con algunos mayores que habían quedado en Montevideo. El técnico
asistente de Gregorio Pérez, Alejandro Botello dirigió los primeros partidos de la Copa Conmebol
y conformó junto a Gregorio aquel plantel muy joven para el compromiso con Huracán de Buenos
Aires. Nico Rotundo y yo éramos los más jovencitos que veníamos de la Quinta y tuve la suerte de ser convocado para ese partido en el Estadio e integrar el banco de suplentes. Cuando faltaba muy poco para terminar Botello me llamó para que ingresara por el "Varilla" González y se me cumplía el sueño. Más adelante se me cumple otro sueño que fue ser campeón con Peñarol y después felizmente llega la continuidad en primera que para mí fue muy importante.
- Hay muchos partidos que me quedan en la memoria por tener una significación especial. Los clásicos que he jugado, las finales, esos son partidos que uno siempre recuerda de manera diferente. Cuando se definen cosas hace que uno tenga un recuerdo especial.
En las finales que he jugado por lo general siempre me tocó convertir; recuerdo contra Liverpool
en una final del Apertura, en el 96 contra Nacional, en el 97 contra Defensor, en el 2010 también
y en la última de 2013 contra Defensor. Pero creo que lo más importante es lo que está por venir,
siempre pienso eso.
No hay nada más maravilloso que la hinchada de Peñarol
- El Estadio Centenario siempre me conmovió con los recibimientos de la hinchada de Peñarol.
Es imponente lo que uno siente cuando tiene de frente allí abajo a esa hinchada. No hay nada más
maravilloso que la hinchada de Peñarol. Cuando colma la tribuna esa gente es impresionante.
Recuerdo los recibimientos de la Copa Libertadores de 2011 que tuvieron el reconocimiento de
toda la Prensa de América. El último recibimiento en la final contra Defensor y el festejo cuando
dimos la vuelta fue tremendo e inolvidable. Las tribunas en la final del Quinquenio también
son inolvidables. Por suerte los jugadores de Peñarol tenemos la dicha de tener esa hinchada
maravillosa que te apoya en todo momento.
- Para mi es motivo de orgullo alcanzar una cifra tan alta de goles y es motivo de permanente
agradecimiento hacia cada uno de los compañeros que he tenido y que tengo porque sin ellos no
hubiera conseguido nada.
- Los clásicos siempre tienen un sabor especial sin duda, es el partido que uno siempre espera para jugar. Son parte de la historia de nuestro fútbol, es el partido más importante que siempre tiene sabor a final aunque no lo sea, es el que muchas veces define campeonatos, es el partido que hay que ganar sí o sí.
- Son pocos los jugadores que llegan a jugar tantos clásicos. Cada vez que llega ese partido lo vivo
de manera especial y allí puedo asegurar que no importa la experiencia que puedas tener, lo sentís de forma diferente. Cuando llegan esos partidos y se empiezan a repasar estadísticas uno muchas veces se asombra y por momentos también siente orgullo por la carrera que ha ido realizando. La verdad cuando me dicen que tengo 54 clásicos jugados no lo puedo creer.
Recuerdo especialmente el clásico de 1996 cuando le convierto al tradicional rival el gol en la final
y también recuerdo mucho mi primer gol clásico.
Hacer 5 goles no es cosa de todos los días
-El partido que le hice los cinco goles a River Plate lo recuerdo porque fue muy especial para mi
y llegó en un momento muy complicado que estaba viviendo en mi vida personal, mi padre estaba
internado en la Española porque había sufrido un pequeño infarto. Yo estaba muy preocupado por
todo eso y había vivido una semana muy difícil a nivel familiar.
Tuve la suerte aquella tarde de convertir cinco goles y fue tremendamente importante para mi.
No son cosas de todos los días hacer esa cantidad de goles. La estadística me ubica entre los pocos jugadores que hicieron 5 o más goles. Es un orgullo para mi eso. En el momento que convierto esos cinco goles hacía 22 años que un jugador no marcaba una cifra similar de goles en Primera, entonces son cosas que uno con el paso del tiempo valora y se alegra mucho por todo.
Hacer cinco goles se da por distintas causas; nosotros en aquel año veníamos jugando muy bien y el equipo venía haciendo muchos goles en cada encuentro.
A ese Peñarol la Prensa lo llamó la 4 X 4 y se lo comparó con la Máquina de 1949. Particularmente
en ese partido contra River salieron muy bien las cosas. Cada vez que tocaba la pelota si era cerca
del arco concretaba el gol, fue algo increíble. Son esos partidos distintos y que además uno estaba
ayudado por un equipo que jugaba de una manera formidable. Una defensa sólida a la cual se le
convertían pocos goles y tanto en la mitad como adelante todos trabajamos de igual manera y en
beneficio del equipo con gran solidaridad.
-Cada equipo de Peñarol que integré fue diferente y sería injusto de mi parte nombrar o destacar
especialmente a alguno. La generación del Quinquenio fue tremenda, el cuadro del 99 fue brutal,
en el 2010 lo mismo, o en el 2011, el equipo del año pasado logrando en gran forma el Campeonato Uruguayo.
Ganar la Libertadores lo tengo en el debe
-Jugar una final de Copa Libertadores es algo que no tiene precio. No todos los jugadores tienen la
posibilidad de jugar una final del máximo certamen del continente. Es como jugar la Champions
League. Ganar la Libertadores es lo que me queda en el debe. Fue un gran torneo que hicimos y
lamentablemente no lo pudimos coronar trayendo la sexta Copa para el club.
-Si tuviera la posibilidad de volver el tiempo atrás no cambiaría nada de mi carrera, porque por algo fue así y por algo las cosas se dieron de esa forma. Yo estoy muy feliz de como viene siendo mi transitar por el fútbol y sigo disfrutando cada cosa, cada momento. Algo de lo que estoy agradecido a la vida es que tuve la posibilidad de jugar tanto tiempo en Peñarol, más allá de que en algún momento tuve que emigrar al exterior. Pero Peñarol ha sido el equipo de mi vida.
-Gregorio Pérez fue sin duda el técnico de mi carrera, el hombre que me marcó. Gregorio me ha
aportado mucho no solo en mi carrera de futbolista sino también en mi vida.
-De niño miraba a todos los jugadores de Peñarol por igual, aunque quizás ponía más atención en
aquellos que jugaban más en mi posición, pero no tuve un jugador que mirara especialmente.
Por: César Groba - Libro - 500 Partidos con la misma Pasión